Di Fabio Porta.
Desde hace más de 10 años denuncio, apoyado por mi partido, el progresivo y peligroso camino de Venezuela hacia una irreversible derivación populista y autoritaria.
Un “populismo sin pueblo”, considerando la casi unánime desaprobación y hostilidad de la cual goza hoy el régimen de Maduro, sentimientos dominantes en la gran comunidad italiana que vive en el país.
Una comunidad que merece más respeto y atención por parte del gobierno italiano, sostenido hoy por una mayoría que hasta hace pocos días, por boca de uno de sus representantes en la Comisión del Exterior en la Cámara de Diputados y delante del silencio embarazoso del Vice Ministro para el Exterior, defendía a capa y espada la “libertad de información y la plena democracia” vigente en ese país.
El gobierno LEGA-5STELLE-MAIE no puede pensar en afrontar la crisis venezolana sin haber desintegrado estas contradicciones; en exigirlo, repito, no es solamente la credibilidad internacional de Italia sino la solidaridad a una de la más grande comunidad italiana en el mundo.
Una comunidad a la cual en los años pasados los gobiernos liderizados por el Partido Democrático han demostrado estar cercanos no solo con palabras: la solución de la difícil y desesperada situación de nuestros pensionados, el apoyo económico extraordinario a los consulados (dos millones de euros asignados en nuestro último presupuesto), el gran esfuerzo humanitario y asistencial realizado en cuerdos con las Regiones y la sociedad civil. Son solo algunos de los “hechos” concretos a los cuales me refiero (sin contar las decenas de iniciativas y manifestaciones de solidaridad con las víctimas de las represiones).
No fue solo una palabra, ni mucho menos un euro, fueron destinados a nuestros connacionales en la última ley de presupuesto aprobado por la mayoría del gobierno.
Mientras tanto Maduro está cada vez más solo; la inmensa multitud que en Caracas elogió al Presidente de la Asamblea Nacional Guaidó es la demostración de la orientación popular. Mientras Guaidó era aclamado por el pueblo, Maduro hablaba en el balcón del Palacio de Miraflores a los militantes de su partido y a los militares que no han dejado todavía de apoyarlo.
Sudamérica les ha dado la espalda casi unánimemente, hecho inédito y significativo; solamente los patrocinantes (y acreedores históricos de Venezuela) Cina y Rusia (así como también Irán y Turquía) continúan apoyándolo.
La Unión Europea debe intervenir inmediatamente en una sola voz tomando distancia de un gobierno cada vez más autoritario y apoyando el retorno de una plena democracia: es la posición del Alto Comisionado Federica Mogherini que en estos años no ha dejado de estar presente, junto al Parlamento Europeo, una referencia segura para quien defiende la restauración de los derechos civiles y democráticos en la República Bolivariana.
Venezuela y los venezolanos no pueden esperar más: han sufrido demasiado!.