Un año después de la inauguración de la nueva sede consular, la protesta de asociaciones, patronatos y miles de ciudadanos italianos individuales demuestra con pruebas contundentes que lo que denuncié con mis dichos y actos parlamentarios era dramáticamente cierto: es decir, que la operación relativa a las obras de la nueva sede no sólo era poco clara y transparente sino que habría resultado un engaño y no tendría resuelto los viejos problemas de falta de servicios de la gran comunidad italiana que vive en Uruguay.
Todo ello en un contexto caracterizado por episodios gravísimos que han afectado repetidamente a la Embajada y a los comités en los últimos años: la muerte de su compatriota Luca Ventre en el interior de la embajada, la censura ejercida contra la “Gente de Italia”, el presunto fraude en las elecciones italianas y el famoso vídeo del Presidente de los Comités sosteniendo la papeleta de una tercera persona…
Sólo la invasión de langostas puede impedir que se cree una tormenta perfecta que, metafóricamente aparte, hace insoportable la situación a la que se enfrenta diariamente una de las mayores comunidades italianas en el extranjero.
Sin embargo, estamos hablando de un país geográficamente pequeño (más grande en América del Sur que Surinam y Trinidad y Tobago) y con una gran concentración de nuestros compatriotas en la capital; son condiciones que deberían favorecer la organización de servicios al alcance de todos, implicando quizás a los patronatos (ya muy activos) y a los comités (por el contrario, huidizos).
Con mi interrogación al gobierno pediré recursos humanos adecuados para esta emergencia real y también información sobre la llegada a Montevideo del personal recientemente contratado en el MAECI, con la esperanza de que la situación mejore con respeto a una comunidad italiana que merece atención y servicios eficientes.
Fonte: Oficina de Prensa Hon. Fabio Porta