Roma, 4 de julio de 2017 – Oficina de prensa del Hon. Fabio Porta
El gobierno italiano pretende resolver el problema de los jubilados ítalo-venezolanos que regresaron a Italia y a los que hace más de un año Venezuela no les paga la jubilación. Es la respuesta alentadora del Viceministro de Asuntos Exteriores Mario Giro a mi reciente consulta y mis frecuentes solicitadas políticas (por último, una carta al MAE). Le había solicitado al Ministerio de Relaciones Exteriores que manifestara qué medidas de emergencia se proponía a adoptar para instar a las autoridades de Venezuela, responsables del pago de las jubilaciones en Italia, a cumplir con el dictamen del Convenio de Seguridad Social celebrado entre los dos países, para restablecer tan pronto como sea posible el pago de las jubilaciones de Venezuela en Italia. También sugerí, que a la espera de una acción política positiva por parte de las autoridades italianas competentes contra las venezolanas, aplicar un sistema de cambio paralelo, como se hizo para los jubilados italianos que residen en Venezuela, también para las pensiones venezolanas (no) pagadas en Italia. Este sistema haría que los valores de las jubilaciones sean más bajos para permitir así la concesión de las integraciones y de los aumentos sobre el pro rata italiana. El Viceministro Mario Giro me aseguró en su respuesta que el Gobierno italiano sigue con atención la cuestión de la suspensión de los pagos de las jubilaciones venezolanas a los que tienen derecho y residen en el exterior y específicamente en Italia. De hecho, el gobierno italiano ha denunciado reiteradamente la violación del Convenio bilateral de seguridad social al Ministerio de Trabajo venezolano. Giro me informó que ha sido organizada también una reciente reunión en Roma, durante la cual la parte venezolana asumió el compromiso, hasta ahora desatendido, de resolver los problemas aplicativos del Convenio. Además, tuve conocimiento de que actualmente está en marcha una coordinación en Caracas entre las Embajadas de Italia, España y Portugal, es decir, entre las Representaciones de los tres países más afectados por la suspensión del pago de las jubilaciones. También se planean otras iniciativas de vinculación política y pedidos para reclamarle a las autoridades venezolanas que respeten sus deberes convencionales. Sin embargo, el Viceministro me aseguró que en caso que desde Caracas se confirmara la dificultad de proceder al pago de las jubilaciones, en virtud de los conocidos problemas monetarios que el país está atravesando, el Gobierno italiano habría pedido al Gobierno venezolano que garantice al menos una mínima prestación de seguridad social a la espera de la solución del problema de disponibilidad de divisas. Se trataría de una medida de justicia sustancial para asegurar que los titulares de jubilaciones italianas residentes en nuestro País puedan recibir un ingreso mínimo para la supervivencia. El Viceministro quiso recordar que para los italianos residentes en Venezuela el problema del cálculo del valor en euros de las jubilaciones venezolanas fue resuelto mediante la utilización del tipo de cambio DICOM, más cerca del valor efectivo de la moneda venezolana, en sustitución a la tasa CENCOEX, anteriormente utilizada y que atribuía al Bolívar un valor muy elevado con relación al valor real. Este cambio, subrayó Mario Giro, que vuelve más justo para los jubilados el acceso a las prestaciones italianas relacionados con el ingreso también podría aplicarse a los jubilados venezolanos que residen en Italia. Con ese propósito, estoy actualmente en contacto directo con el Ministerio de Trabajo y el MEF. Ahora, alentado por la respuesta del Viceministro, espero con confianza, junto a los cerca de 100 jubilados ítalo-venezolanos residentes en Italia, la imperiosa solución del problema, consciente de haber cumplido con mi deber de parlamentario y de haber realizado todo el esfuerzo posible con actos concretos y sin la retórica de las palabras.
Continuaré, obviamente, a vigilar, solicitar y sugerir soluciones posibles, como por ejemplo, la otra hipótesis presentada por mí (y hasta el momento no realizable, según las autoridades italianas competentes) de otorgar a los titulares de jubilaciones en convenio con Venezuela que residen en Italia -y que ya no reciben la pensión venezolana- una eventual integración al mínimo sobre el pro rata previsional italiano, o sea una asignación social si se cumple con los requisitos. Incluso si es Italia la que tiene que afrontar los costos de una carga financiera que el Convenio Bilateral de Seguridad Social impone a una Venezuela incumplidora y responsable de este drama que afecta a tantos de nuestros compatriotas a quienes, sin embargo, nuestro País tiene el deber de garantizar un ingreso de supervivencia.