Según el último estudio del INPS para 2023, de aproximadamente 680.000 pensiones en régimen internacional, aproximadamente 317.000 son pagadas en el extranjero, en 160 países, por el Instituto Italiano de Seguridad Social, por un importe total de 1.600 millones de euros al año.
Desde el punto de vista de las tendencias, las pensiones pagadas en América y Oceanía (continentes que históricamente representan los destinos favoritos de nuestros emigrantes en el último siglo y que ahora acogen a pensionistas de mayor edad cuyo número parece destinado a disminuir por razones obvias) están disminuyendo, mientras que están aumentando, aunque sea ligeramente, los pagados en Europa, América Central, África y Asia.
Lamentablemente, los italianos que, después de haber trabajado en Italia, han emigrado a países con los que Italia no ha firmado ningún acuerdo de seguridad, siguen excluidos de la posibilidad de obtener una pensión en el régimen internacional – tantas veces denunciado durante mi actividad parlamentaria social, como Chile (incomprensible vacío regulatorio convencional dado que el acuerdo ya había sido firmado entre ambos países en los años 90 del siglo pasado), Perú, Colombia, Ecuador, México y otros países latinoamericanos donde viven importantes comunidades de italianos, y casi todos inmigrantes a Italia con algunas excepciones.
En realidad, la protección de la seguridad social por parte del Estado italiano a favor de nuestros compatriotas ha sufrido una clara desaceleración y debilitamiento en las últimas décadas con el cese de la estipulación y renovación de acuerdos bilaterales de seguridad social y con la reducción del sistema de protección debido al desmantelamiento de las estructuras de coordinación del INPS nacional (ver la supresión de la Dirección de Convenios Internacionales ahora fusionada en la Dirección Central de Pensiones con un inevitable debilitamiento de recursos y personal y por tanto de las funciones y capacidades que venían desempeñando durante años con resultados satisfactorios la Dirección de Convenios Internacionales).
Esta reducción a nivel nacional se ha reflejado inevitablemente en las operaciones del Instituto a nivel local donde, según numerosos informes de los distintos Patronatos, los problemas no resueltos persistentes, y esto relacionados con el mal funcionamiento de las oficinas del INPS para las prácticas internacionales dificultan la definición de solicitudes de pensiones, especialmente de invalidez y reversibilidad.
Sin embargo, está claro que nos enfrentamos a un problema político, que si el INPS y el Ministerio de Trabajo (el Estado italiano y el Gobierno) no reconocen las dificultades vinculadas a los procedimientos de pensiones para la definición de las prácticas en virtud del convenio internacional régimen y para superar los numerosos problemas críticos encontrados en estos años de reducción de la protección de la seguridad social de nuestros compatriotas que residen en el extranjero y, por lo tanto, no reconocen la peculiaridad absoluta del sector de los acuerdos, reforzando y re desarrollando el sector, valorizando el trabajo realizado por las organizaciones benéficas en el extranjero y comprometiéndonos más con un servicio de protección renovado, la situación está destinada a comprometer aún más los derechos de seguridad social de nuestras comunidades en el extranjero.
Fonte: Oficina de Prensa Hon. Fabio Porta