Durante la presentación del Informe sobre los italianos en el mundo (RIM) de la Fundación Migrantes, el Hno. Fabio Porta – autor del capítulo sobre “La adquisición de la ciudadanía en América; los descendientes que aman Italia” – destacó la necesidad de superar la polarización estéril entre ‘ius sanguinis’ e ‘ius soli’ que caracterizó el debate de los últimos años.
“Más bien deberíamos preguntarnos – argumentó el diputado del PD – si las generaciones jóvenes nacidas en Italia de padres extranjeros o aquellos que asisten a nuestras escuelas desde hace años son un peligro o, por el contrario, un recurso para el país y también, si los jóvenes descendientes de italianos en el mundo constituyen un problema o, en todo caso, una gran oportunidad”.
Esta reflexión, según el parlamentario elegido en el extranjero, debería hacerse sobre todo a la luz de la “dramática crisis demográfica que azota a nuestro país, que llevará a Italia a menos de 50 millones de habitantes en 2070 y perderá una cuarta parte de nuestra población entre 2023 y 2080”. “
“Es necesario responder de alguna manera a la banalización y mercantilización de la ciudadanía, favorecida por la insuficiencia de una red consular penalizada por la falta de recursos humanos y económicos pero también por los intereses sin escrúpulos de agencias y organizaciones interesadas sólo en sacar provecho de la buena fe de muchos ciudadanos potenciales, inteligentes y no demagógicos, identificando las medidas adecuadas para contrarrestar este comercialismo y mejorar el verdadero vínculo cultural y lingüístico de los solicitantes con Italia”.
Finalmente, refiriéndose al caso de Brasil, mencionado varias veces durante la presentación del MRI de este año, el diputado electo en América del Sur (y residente en Brasil desde hace 30 años), recordó cómo “fue el propio Brasil el que envió durante 80 años treinta mil soldados a luchar por la liberación de Italia del nazifascismo con un saldo de más de 600 muertos, un episodio heroico y emblemático que no es ajeno a la discusión de hoy, si consideramos que desembocó en la prohibición de; hablar italiano para nuestros compatriotas y sus familias, el cierre de las escuelas italianas y, en consecuencia, la ruptura del vínculo lingüístico con la patria”.
Por ello, concluyó el Hno. Porta, “tenga cuidado de no tirar al mar al niño por el agua sucia cuando se trata de la reforma de la ciudadanía” y – refiriéndose al voto en el extranjero y al fraude del que él mismo fue víctima en la última legislatura – “no pensamos en resolver un problema eliminando un derecho, cuando, en todo caso, es necesario intervenir sobre requisitos, métodos y procedimientos.”
Fonte: Oficina de Prensa Excmo. Fabio Porta