Cuáles serán las enseñanzas y cuáles serán las interrogantes el día de mañana sobre el Referéndum que ha disminuido a un tercio el Parlamento Italiano?!
En las próximas elecciones los italianos elegirán trescientos cuarenta y cinco parlamentarios menos respecto a los actuales, para un total de cuatrocientos diputados y doscientos senadores. Es este el resultado de la aprobación, por parte del setenta por ciento de los electores, de la pregunta realizada en el referéndum a los ciudadanos que ya se había deliberado por la casi totalidad del actual Parlamento. Se trata indudablemente de un hecho de gran relevancia social más que de política y de institucionalidad, que no faltó en tener repercusión también en el exterior.
La crisis de las instituciones democráticas, de hecho, no es una prerrogativa italiana; todas las democracias occidentales desde hace años luchan con una progresiva pérdida de credibilidad de las asambleas legislativas, mientras paralelamente crecen los movimientos y las tendencias que apuntan a una simplificación de los sistemas democráticos, empujándolos en algunos casos a poner en duda a la misma democracia como mejor sistema de gobierno.
Me he preguntado más de una vez cuáles serían los resultados del referéndum si en vez de proponer la reducción de un tercio del Parlamento se fuese propuesto de disminuir a la mitad a nuestros representantes, o en su defecto los dos tercios… Probablemente, y no sé si este dato nos pueda reconfortar, tendríamos igualmente una victoria neta del SI a este hipotético referéndum. Buscando la forma de comprender el porqué de esta clara actitud de los electores italianos, me fui a retomar un sondeo que apenas hace un año fue publicado por un notable centro de investigaciones internacionales, el Pew Research Center. De esta investigación, conducida por alrededor de veinte mil ciudadanos europeos (comprendidos los países extra UE como Rusia) emergía claramente un sentimiento general de desapego y desconfianza con respecto a los diputados y senadores de esos países. A la pregunta “estás de acuerdo que la mayor parte de los representantes electos se interese a lo que piense la gente” la mayoría de los entrevistados (únicas excepciones; Suecia y Países Bajos) han respondido negativamente.
Curiosamente, pero no tanto, la absoluta correspondencia entre el porcentaje de los italianos (70%) que han expresado un juicio negativo sobre sus parlamentarios con el resultado final del referéndum de hace unas semanas atrás. Agrego, para quien este interesado, que en esa misma encuesta los ciudadanos de importantes democracias europeas como Gran Bretaña, Francia o España se expresaron con porcentuales de desaprobación mucho más superiores a aquellos del campo italiano.
Que moraleja observamos del resultado neto (también entre los italianos en el exterior) sobre el referéndum y la reducción de los parlamentarios y del sondaje sobre la percepción de la democracia en Europa?! Estamos al frente, en ambos casos, de un juicio severo que trata más sobre “calidad” de nuestros representantes que no de su “cantidad”.
Es decir, es muy probable que frente a una aprobación y al reconocimiento positivo del trabajo de los electos en las instituciones representativas también el juicio sobre la necesidad de reducir el número fuese cambiado. Por lo tanto, si queremos regresar a la democracia occidental su plena legitimidad popular junto a la fundamental función de representar a los ciudadanos deberíamos estar siempre más atentos al proceso de selección de la clase dirigente. Se trata de una grandísima responsabilidad que cada ciudadano elector debería sentir suya, y no solamente en tiempos de consultación electoral. Más de una vez hemos renunciado a ejercitar hasta lo último esta responsabilidad, refugiándonos en la mera (y muchas veces cómoda) contestación del status quo, o peor aún, delegando a otros esta elección como si fuese una letra de cambio en blanco.
A la onda anti-política que atraviesa el mundo es necesario responderle con la “buena política”, hecha de competencia, servicio y frutos de un desempeño constante cerca de nuestra comunidad, en Italia y en el mundo.