Nunca como este año los augurios de Feliz Navidad y de Feliz Año Nuevo han estado tan llenos de deseos y significados que van más allá de la simple palabra circunstancia. La pandemia ha puesto de rodillas a los cinco continentes, a nuestros países, a nuestra economía, las relaciones sociales entre personas y comunidades.
Todos sentimos la gran necesidad de regresar a una “normalidad” nunca antes deseada como ahora. Es también mi augurio para cada uno de ustedes y sus familias; un abrazo afectuoso y sincero, así como es mi hábito y costumbre. Como bien saben, no he parado ni un minuto de dedicarme a la defensa de los derechos de los italianos en el mundo; mi trabajo social y mi desempeño político no se han detenido y mucho menos durante los meses de lockdown y de las cuarentenas. Con fe y mucha determinación he seguido el proceso del recurso presentado por mi persona al Senado sobre el fraude electoral del 2018, así como también las dos denuncias (en Italia y Argentina) relacionadas al mismo episodio.
Cuando el camino parecía lleno de obstáculos y sin vías de salidas, improvisadamente la justicia ordinaria y aquella parlamentaria han vuelto a ocuparse con decisión sobre lo sucedido hace dos años atrás y hoy estamos muy cerca a la tan esperada definición.
Los ciudadanos italianos de Sudamérica esperan una respuesta seria e inequívoca por parte de las instituciones italianas, pero también de la justicia local: no debería tolerarse que nuestro voto sea ensuciado y distorsionado en los resultados y en la atribución de las mesas electorales con fenómenos de corrupción y malversación. Es por esto que mi batalla es la de cada uno de ustedes y estoy seguro que la victoria será de todos!
Con este deseo y con el agradecimiento que siempre he tenido a quienes en estos años me han apoyado y han confiado en mi desempeño, les deseo una Navidad serena en familia y un 2021 rico de salud y prosperidad, para nosotros y nuestros países.