Roma, 25 Octubre 2019- Oficina de Prenda On. Fabio Porta.
18 muertos. Al menos 180 personas heridas gravemente. Solo bastan estos dos datos para darnos las proporciones y la gravedad de aquello que sucede en Chile en los últimos días. Ante una protesta espontánea que ha integrado a todo el territorio nacional (en algunos casos marcada por actos de vandalismo depreciable), el uso desproporcionado de la fuerza y la violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas del orden han justamente despertado la preocupación de la opinión pública internacional.
El gobierno chileno, así como lo solicitan las fuerzas democráticas de la oposición, debe inmediatamente aclarar las circunstancias de las muertes y de las heridas de tantos ciudadanos.
La protesta explotó a causa de una serie de factores específicos, pero es casi unánime el reconocimiento de los graves errores del gobierno de Sebastián Piñera que con sus decisiones en políticas económicas ha agravado un cuadro de creciente desigualdad social.
Tomo prestado las palabras de Nello Gargiulo, representante de Chile en el Consejo General de los Italianos en el Exterior: “desde los subterráneos de la metropolitana el pueblo pacífico se ha revirtió en las plazas invocando también justicia y paz, para poner las bases de una sociedad en donde la persona humana y su dignidad sean efectivamente el centro y en los cuales los frutos del progreso no permanezcan siendo privilegios de pocos.
La desgracia de Chile es hoy el emblema más reciente de un continente en crisis, social y política antes que económica; Sudamérica sufre todavía, y en algunos casos se encuentra en la búsqueda de un improbable equilibrio entre los excesos de fáciles y peligrosos populistas que según las conveniencias se visten de derecha o de izquierda.
Es este el desafío de las fuerzas progresistas y social demócratas; una apuesta que justamente a Santiago de Chile pocas semanas atrás había puesto en el centro de reflexiones comunes entre partidos políticos europeos y sudamericanos. Precursores tempestivos de un debate que, a la vigilia del voto en Argentina e Uruguay y en un contexto continental siempre más inestable y alarmante, se convierte hoy más que nunca en una necesidad actual.
Italia y Europa, histórica y naturalmente partners del Sudamérica, no pueden eximirse más de una comparación permanente y en todo ámbito sobre estos temas; es más, deberían relanzar con fuerza una estrategia propia de relación privilegiada con una región extraordinariamente rica de oportunidades económicas pero sobretodo interesada en redescubrir y valorizar la dimensión social y política de la relación con nuestro país y el viejo continente.
Fabio Porta.
Ya parlamentario italiano y actual coordinador del PD en America Meridional
Aise.it-25.Octubre.2019