“Cada año, quienes están atentos a los fenómenos de la emigración italiana, el 8 de agosto, recuerdan una de las tragedias mineras más graves de la historia, la de Marcinelle en Bélgica, donde el 8 de agosto de 1956, en la mina de carbón de Bois du Cazier, Fue allí un incendio que provocó la muerte de 262 mineros, 136 de los cuales eran italianos: una auténtica masacre que marcó no sólo la historia de Italia sino la de toda Europa.
Un hecho que no se puede olvidar ni dejar simplemente a las celebraciones oficiales de estos días y que debe empujarnos a comprender mejor, incluso a estudiar, precisamente las migraciones y la movilidad humana a partir de las escuelas.
La tragedia de Marcinelle se transforma en una memoria concreta del sacrificio del trabajo italiano en el mundo. Honramos a los muertos cultivando la memoria de un sacrificio que no habrá sido en vano sólo si somos capaces de transmitir a las nuevas generaciones el valor de la dignidad del trabajo y la riqueza de la movilidad humana, que siempre deben ser respetados, nunca para ser explotado.”
Fonte: Oficina de Prensa del Honorable Fabio Porta