“Italianos en el mundo, nuevas ciudadanías y nuevas movilidades “: un tema crucial, no sólo para nosotros sino para Italia. El día de su elección como nuevo Secretario Nacional del Partido Demócrata, Enrico Letta planteó con fuerza el tema del invierno demográfico, una de las grandes emergencias del país.
Las “nuevas ciudadanías” son una respuesta concreta para dar más fuerza a Italia; para nosotros en PD Mondo un gran desafío y una importante oportunidad. Superar el actual desequilibrio regulatorio en términos de ciudadanía, reconocer el derecho a los jóvenes nacidos en Italia de inmigrantes legales que cumplen con el ciclo de estudios, también ayudará a garantizar mejor los derechos de los italianos en el mundo. Por eso la batalla por la inclusión de todos los “nuevos italianos” tendrá que vernos a la vanguardia: garantizar la plena ciudadanía a las nuevas generaciones de italianos en el mundo, así como a los nacidos en Italia de padres extranjeros. Todos tenemos todavía en nuestros ojos las hazañas de la selección nacional de fútbol en los campeonatos europeos y de nuestros atletas en los Juegos Olímpicos.
Si los descendientes de italianos y los nuevos italianos son sinónimos de fuerza y éxito en el deporte, ¿por qué no podemos poner estos recursos también al servicio del futuro de Italia? Digo esto a quienes, en posiciones opuestas, continúan alimentando un contraste instrumental y miope entre ‘ius soli’ e ‘ius sanguinis’. Estoy a favor de un “ius culturae universal”, capaz de garantizar a Italia los mejores recursos humanos de un patrimonio formado por 12 millones de italianos en el extranjero y extranjeros en Italia. Para afrontar este punto de inflexión, necesitamos un PD que esté a la altura del desafío y una fuerte representación de los italianos en el mundo, en términos de calidad y no solo de cantidad. Es vergonzoso que después de tres años y medio de legislatura, el Parlamento no haya podido reformar la ley sobre el voto en el extranjero y el sistema de representación, también tras la reducción de representantes electos a una de las comunidades italianas más grandes del mundo, la de Italianos en Brasil, la entrada libre a Italia todavía está impedida (a pesar de vacunas, impedimentos y cuarentenas …) mientras que incluso aquellos que se han vacunado en Sudamérica (incluidos aquellos con vacunas autorizadas y reconocidas por la UE) aún no tienen garantizada la equivalencia como se ha hecho para otros continentes. Discriminaciones y retrasos que son difíciles de entender y explicar a nuestros compatriotas residentes en el exterior.
La invitación y el llamado que dirijo a todo el Partido Democrático y a sus numerosos líderes y militantes comprometidos en todo el mundo es responder a la inacción de quienes no tienen interés en cambiar y afectar realmente las políticas para los italianos en el exterior porque precisamente sobre esa inacción (a veces envuelta en activismo y propaganda) han construido un consenso artificial y una verdadera renta de poder. Se necesita un clic, un salto cualitativo; como cantaba Francesco De Gregori en su disco “Titanic” debemos ser como ese jugador al que no le faltaba coraje, altruismo e imaginación. ¡Solo así las nuevas ciudadanías y la nueva movilidad pueden convertirse en el motor de una nueva Italia!